Proceso de Descolonización
La descolonización
constituye el proceso histórico por el que las colonias de Asia y de África
alcanzan la independencia política tras la Segunda Guerra Mundial, durante los
años centrales del siglo XX, y supone la desaparición de los imperios
coloniales occidentales constituidos en la época de la expansión colonial
europea. Tras la Segunda Guerra Mundial, en la inmediata posguerra
comienza a desarrollarse y actuar un conjunto de fuerzas y factores, que
constituyen las causas y fundamentos de la descolonización en la época actual,
influyendo directamente en el origen y aceleración del proceso, y que crean una
situación propicia para su iniciación.
La lucha anticolonial se vio
favorecida por la debilidad militar y económica de las potencias colonialistas al
finalizar la Segunda Guerra Mundial. Las potencias priorizaron la
reconstrucción de sus economías en el área metropolitana.
Los pueblos afroasiáticos
colonizados; fueron adquiriendo conciencia de su situación y organizaron su
resistencia contra la dependencia colonial, manifestada desde la hostilidad de
las poblaciones ante el predominio europeo hasta la organización de movimientos
de lucha antioccidentales, con la formación de partidos nacionalistas de acción
política a favor de la independencia.
La lucha anticolonial no se
llevó delante de la misma forma en todos los países. En algunos el conflicto se
resolvió de manera violenta, al cabo de una guerra, como en Indochina o
Argelia, mientras que en otros no se generalizó el uso de las armas, como en la
India.
La evolución de las ideas y
de la conciencia internacional que se fueron mostrando opuestos a los abusos
del colonialismo, contribuyó también de manera decisiva en la iniciación de
este proceso. Existe el pensamiento occidental una tradición anticolonialista,
manteniendo una común actitud crítica hacia el colonialismo en amplios sectores
públicos.
El vínculo colonial
desapareció en el plano político, pero no en el económico. En algunas ex
colonias, las metrópolis conservaron sus influencias gracias a que lograron que
algunas colonias se dividieran en varios estados en el momento de
independizarse y además las economías de los nuevos Estados independientes eran
muy débiles, no tenían desarrollo industrial, siguieron necesitando del aporte
de capitales de los países centrales.
Además de los dos polos que
llevaban al mundo a una confrontación Este-Oeste, había surgido una nueva
realidad: los Países del Tercer Mundo. Su lucha por construir un espacio propio,
independientemente de las dos alianzas militares, tuvo como resultado la
formación del movimiento de los Países no
Alineados. A este movimiento se sumaron los países de América Latina, que
se habían independizado un siglo antes pero que compartían con asiáticos y
africanos los problemas de la pobreza y la falta de desarrollo industrial.
“Tercer Mundo”
El término Tercer Mundo fue
acuñado en los años cincuenta para referirse a los países de Asia, África y
América Latina poco avanzados tecnológicamente, con economía dependiente de la
exportación de productos agrícolas y materias primas, altas tasas de
analfabetismo, crecimiento demográfico galopante y gran inestabilidad política.
Estos países, muchos de ellos
recientemente independizados de las potencias coloniales europeas, se
articularon políticamente en la Conferencia de Bandung en 1955 y en el
movimiento de países alineados. El Tercer Mundo de los países no alineados se
distinguía así del Primer Mundo de naciones desarrolladas capitalistas y el
Segundo Mundo alineado en torno a la URSS.
Aunque este término se sigue
utilizando para designar a los países subdesarrollados, el concepto de Tercer
Mundo se ha ido vaciando de contenido en un doble sentido. En el político, al
desaparecer el bloque soviético, en el económico, al emerger países
industrializados nuevos como Taiwan o Corea del Sur y los países petrolíferos
de Oriente Medio.
Indicadores del Subdesarrollo
Los
indicadores que caracterizan a los países subdesarrollados, o en vías de
desarrollo, como se ha preferido decir empleando una expresión más
esperanzadora, son:
a) Baja renta por habitante. De la ínfima
producción de estos países correspondería a cada habitante, en un teórico
reparto igualitario, una cantidad mínima de bienes. Se dice que en el diálogo
Norte-Sur las diferencias entre ricos y pobres se hacen cada vez mayores. ¿Es
sólo un dicho o responde a un fenómeno real?
En
1980 en el primer puesto de la tabla de los países figuraba Emiratos Árabes
Unidos con 30.000 dólares de renta per cápita, y Bhután en el último con
80 dólares. En 1997 Luxemburgo figuraba como país más rico con 37.000 dólares y
Mauritania como uno de los más pobres. Estas cifras nos permiten llegar a tres
conclusiones: las diferencias entre países ricos y pobres son abismales; esas
diferencias no dejan de aumentar; algunos países pobres, como Mauritania entre
otros, han visto empeorar gravemente su situación en los últimos años.
b) Subalimentación. Ingestión alimentaria
inferior a las 2.000 calorías diarias y ausencia de proteínas y otros
nutrientes en la dieta, lo que provoca problemas para el crecimiento de los
niños. Intermitentemente, al compás de los vaivenes meteorológicos, hambrunas
que diezman la población.
c) Alto crecimiento demográfico, provocado por la
elevada natalidad, superior al 2% anual.
d) Escasa densidad de las
infraestructuras. Inexistencia de una red de transportes
moderna, de organización estadística, etc.
e) Predominio del sector agrícola, sin mecanización ni modernización de
los sistemas de cultivos. Consecuencias: dependencia de las condiciones
naturales; elevado empleo de mano de obra, que alcanza hasta el 50% de la
población activa; trabajo precoz de los niños en labores agrarias, con
perjuicio de su educación.
f)
Industrialización mínima. Habitualmente
de tipo extractivo (minas) o que exige empleo abundante de mano de obra.
Dependencia del exterior, en cuanto a la tecnología y la comercialización de
los productos.
g)
Altas tasas de analfabetismo. Lacra
prácticamente extinguida en los países occidentales, en algunos países del
Tercer Mundo aún persisten índices que impiden cualquier programa de
desarrollo. En Asia el 73% de Nepal y el 62% de Bangla Desh y Pakistán; en África
el 86% de Níger, 69% de Sierra Leona, representan algunos de los casos más
graves. En Mauritania el 62% de analfabetos ha podido ser uno de los factores
en el empobrecimiento que hemos apuntado.
h)
Carencia de cuadros dirigentes en la Administración
y de técnicos en la producción.
“Teoría de la Dependencia
Latinoamericana”
Se
llama "teoría de la dependencia" a un conjunto de teorías y modelos
que tratan de explicar las dificultades que encuentran algunos países para el
despegue y el desarrollo económico. Surgieron en los años sesenta. Inicialmente
se dirigieron al entorno latinoamericano aunque posteriormente fueron
generalizadas por economistas neo-marxistas entre los que destacó Samir Amin,
asociándolo al concepto de desarrollo desigual y combinado.
La
dependencia económica es una situación en la que la producción y riqueza de
algunos países está condicionada por el desarrollo y condiciones coyunturales
de otros países a los cuales quedan sometidas. El modelo "centro-periferia"
describe la relación entre la economía central, autosuficiente y próspera, y
las economías periféricas, aisladas entre sí, débiles y poco competitivas.
Frente a la idea clásica de que el comercio internacional beneficia a todos los
participantes, estos modelos propugnan que sólo las economías centrales son las
que se benefician.
Los mecanismos mediante los que el comercio internacional agrava
la pobreza de los países periféricos son diversos:
·
La especialización internacional asigna a las economías
periféricas el papel de productores-exportadores de materias primas y productos
agrícolas y consumidores-importadores de productos industriales y
tecnológicamente avanzados.
·
La monopolización de las economías centrales permite que los
desarrollos tecnológicos se traduzcan en aumentos salariales y de precios
mientras que en la periferia se traducen en disminuciones de precios.
·
La expansión económica tiene efectos diferentes sobre la demanda
de productos industriales y la de productos agrícolas ya que su elasticidad respecto a las rentas es
diferente. Cuando los países de la periferia crecen económicamente sus
importaciones tienden a aumentar más rápidamente que sus exportaciones.
Como
consecuencia de estas ideas, los países latinoamericanos aplicaron una
estrategia de desarrollo basada en el proteccionismo comercial y la
substitución de las importaciones. A la vez, los bancos centrales
latinoamericanos se esforzaron sobrevalorar sus propias monedas para abaratar
sus importaciones de tecnología. La estrategia funcionó satisfactoriamente
durante la década de los setenta en la que se produjo un crecimiento
generalizado del precio de las materias primas en los mercados internacionales
que influyó muy negativamente en las economías "centrales". Pero
finalmente, la contracción de la demanda internacional y el aumento de los
tipos de interés desembocó en la década de los ochenta en la crisis de la deuda
externa lo que exigió profundas modificaciones en la estrategia de desarrollo.