El Primer Gobierno de Perón
(1946 – 1952)
El Primer
Plan Quinquenal
El modelo económico iniciado en 1946 intentó dar respuestas a las
demandas de los trabajadores y sectores de pequeños y medianos empresarios. Se
trataba de un programa con el que el Estado planificaba la economía fijando los
objetivos que se deseaban lograr en cinco años. Con ello procuró una mayor
justicia social a partir de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores
y alentar el desarrollo industrial, procuró una redistribución de la riqueza,
elevando el poder adquisitivo de los trabajadores, aumentando el nivel de
empleo y los salarios. Además incentivó con subsidios la actividad industrial,
favoreciendo la creación de nuevas industrias y ampliando las ya existentes.
Este modelo se basó en el aumento del consumo interno incentivado por las
mejoras salariales otorgadas.
El Estado fue haciéndose cargo de tareas que antes correspondían al
sector privado. Se nacionalizaron el Banco Central y los depósitos bancarios,
se crea el IAPI (Instituto Argentino de Promoción para el Intercambio) que
fijaba el precio de las exportaciones agrícolas, regulaba las importaciones y
la producción nacional.
La Tercera Posición
En el Plano de las relaciones internacionales, el peronismo anunció la
adopción de una política conocida como la Tercera Posición, con ella la
Argentina pretendía tomar distancia de los dos bloques d poder, Estados Unidos
y la U.R.S.S. Se plantea de este modo una política de no alineamiento
internacional, basándose en la defensa de la soberanía política de nuestro
país, Perón proponía un camino alternativo entre el capitalismo y el comunismo.
La Transformaciones Sociales
El objetivo prioritario del gobierno peronista fue modificar la
distribución del ingreso para consolidar un nuevo orden social. Si bien algunos
sectores empresarios se resistieron al aumento de salarios, en poco tiempo
advirtieron el aumento en las ventas de sus productos y la ampliación del
mercado interno, los bienes de uso doméstico y la industria textil registró un
notable aumento en el consumo.
Además el mejoramiento económico posibilitó el acceso de amplios
sectores sociales a lugares de veraneo, como Mar del Plata, que hasta esa época
eran exclusividad de los grupos más acomodados de la sociedad argentina.
Desde el Estado se impulsó una amplia legislación social que
contribuyó al mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores, se
estableció el control de los precios de los alquileres, se otorgaron nuevas
viviendas y se mejoraron las inversiones en salud y educación.
En la política social del primer gobierno de Perón se destacó su
esposa María Eva Duarte de Perón, quien desarrolló una intensa actividad
pública y generó fuertes polémicas en la sociedad de la época, sus críticas a
la “oligarquía”, a los “vendepatria”, la convirtieron en un personaje odiado por
un sector de la sociedad, pero para los sectores más desprotegidos la
transformó en “Evita”, la abanderada de los humildes. Había entonces, una
valoración diferente y enfrentada de la política social del gobierno, para los
que se habían beneficiado con la acción social era un elemento de
dignificación, y para los opositores era una actitud demagógica para conformar
a los más pobres y así ampliar la base del electorado del peronismo.
Desde la Fundación Eva Perón se realizaron numerosas obras sociales
como la creación de hogares para niños y ancianos, la construcción de
hospitales, viviendas populares y la entrega de bienes de consumo. Los fondos
provenían de donaciones particulares y de una disposición del Poder Ejecutivo
por la que dos veces al año debían efectuarse aportes obligatorios, que los
patrones descontaban de los sueldos de sus empleados, esto generó una gran
polémica por el carácter compulsivo del aporte.
Democracia de Masas
La llegada del peronismo al gobierno significó el advenimiento de
nuevos sectores sociales a la escena política, las masas obreras se
incorporaron plenamente a la vida política.
También pudieron participar por primera vez en la política nacional
las mujeres, cuando en 1947 se consagró el derecho al voto femenino, esta
medida impulsada por Eva Perón fue la culminación de una larga lucha que habían
iniciado los socialistas a principios de siglo.
El sistema político argentino adquirió los rasgos propios de una sociedad
de masas, la participación política abarcó íntegramente a todos los sectores de
la sociedad y se realizó a través del voto y de organizaciones intermedias como
los sindicatos, unidades básicas y asociaciones barriales. Asimismo las
concentraciones públicas se constituyeron en una nueva forma de participación
directa de los sectores populares.
Al mismo tiempo la sociedad argentina se dividió en dos bandos
enfrentados: peronistas y antiperonistas. A pesar del triunfo electoral de
1946, la oposición no aceptó al nuevo movimiento como una fuerza política
legítimamente democrática y la consideró como la representación local del
autoritarismo nazifascista. El gobierno tampoco consideró como legítimos a los
partidos de la oposición, los acusó de no comprender la revolución social y de
conspirar contra los intereses del pueblo. Perón no dudó en utilizar la fuerza
del estado reprimiendo y encarcelando a sus opositores. Ni Perón ni sus
opositores reconocieron los espacios institucionales como ámbitos de negociación
para la búsqueda de acuerdos.
El Estado y los Sindicatos
Los sindicatos se organizaron por rama industrial y se crearon las
comisiones internas, integrados por delegados obreros representantes de las
diferentes plantas industriales del país. Las comisiones internas por fábrica
le permitieron al sindicalismo contar con un vínculo permanente con las bases
obreras. A medida que aumentaba su nivel de representación y organización, su
influencia sobre las políticas del Estado fue cada vez mayor. Sin embargo entre
1946 y 1949 se produjo una oleada de huelgas, que si bien estaban dirigidas
contra los empresarios y no contra el gobierno, actuaron como presión para que
el Estado atendiera las demandas salariales. El Peronismo propició la
realización de convenciones colectivas de trabajo en las que obreros y
empresarios discutían salarios y condiciones laborales.
La oposición de los sectores medios
La actitud de los sectores medios
con el peronismo fue de permanente hostilidad. Las causas pueden buscarse en
las pautas culturales impuestas por el peronismo. Los sectores medios
compuestos en su mayoría por los hijos de inmigrantes, que habían ascendido
socialmente, profesionales o comerciantes, percibían que las mejoras sociales y
económicas de la época eran el resultado de una política demagógica y facilista
del gobierno y veían con recelo el ascenso social de los sectores más humildes.
Amplios sectores de empleados públicos y profesionales sintieron al Estado
peronista como una presencia agobiante. El uso obligatorio de distintivos
partidarios, la propaganda oficial, la afiliación compulsiva y la
monumentalidad de los actos públicos, provocaron un fuerte rechazo.
La Política Universitaria
La Universidad, bajo los gobiernos peronistas, fue conducida por
grupos de profesionales pertenecientes al nacionalismo católico, opositores a
la Reforma de 1918. Esto generó un fuerte rechazo, este fue otro factor de
oposición entre los sectores medios, de donde provenía la mayoría de los
estudiantes. El movimiento estudiantil, organizado en la FUA (Federación
Universitaria Argentina) controlada por radicales y socialistas, reafirmó su
antiperonismo. El Gobierno alentó la oficialista CGU (Confederación General
Universitaria.
La política educativa del peronismo, además de generar una fuerte
oposición, también provocó un cambio en la composición social del estudiantado,
por primera vez llegaban a las Universidades los hijos de los obreros. Esta
política de ampliación de la base social educativa se reflejó también en la
creación de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), conocida como la
universidad obrera.
La Reforma Constitucional y las Elecciones de 1951
Una de las reformas políticas más importantes de la época fue la
sanción de una nueva Constitución Nacional en 1949, en ella se incorporaban los
derechos sociales conquistados por el movimiento obrero y la legalización de
los cambios económicos, especialmente la política de nacionalizaciones del
comercio exterior, de los combustibles y del transporte. En el orden político
se instauró la reelección presidencial y el voto directo en los comicios nacionales.
La oposición consideraba que era el resultado del afán personalista de Perón
deseoso de lograr la reelección presidencial. Además los socialistas se
quejaron porque no figuraba el derecho de huelga y los conservadores
denunciaron el perfil presidencialista de la reforma. Esta finalmente fue
aprobada y tuvo vigencia hasta la caída de Perón en 1955.
A principios de 1951 el gobierno
anunció la convocatoria a elecciones nacionales. El Partido Peronista se
presentaba como seguro triunfador, sin embargo Perón debió resolver diversos
problemas: una intentona golpista, la oposición desde el Ejército de que Eva
Perón fuera vicepresidente y las agudas dificultades económicas que se
avecinaban.
Crisis económica de 1952 y la Reelección de Perón
El modelo económico y redistributivo comenzó a tener dificultades que
se fueron agravando. La fase expansiva del proceso de sustitución de
importaciones se detuvo debido a varios factores, los ingresos de divisas
provenientes de las exportaciones disminuyeron porque fueron menores las ventas
debido a la pérdida de mercados (EE.UU. desplazó a la Argentina de algunos
mercados europeos), también disminuyó el volumen de los productos exportables
por malas cosechas y liquidación de hacienda por sequía, como consecuencia se
restringieron las importaciones, decayó la producción industrial y se generó
inflación. En este contexto económico recesivo e inflacionario se agudizaron
las tenciones sociales, la burguesía agraria no estaba dispuesta a aumentar las
inversiones para mejorar los niveles de producción de bienes exportables, los
trabajadores procuraron defender el nivel de sus ingresos, se produjeron
numerosas huelgas y los empresarios, que veían reducidos sus beneficios se
resistieron a otorgar aumentos salariales.
A pesar de las dificultades
económicas Perón obtuvo un triunfo arrollador en las elecciones, su fórmula
obtuvo el 62% de los votos frente al 32% de la U.C.R. encabezada por Balbín, el
resto de los partidos (socialistas, comunistas y demócratas) sumaron el 4%. El
Peronismo inaugura un nuevo período presidencial, al poco tiempo, el 26 de
julio de 1952, falleció luego de una larga enfermedad Eva Perón, para la
mayoría de los trabajadores se convertiría en el símbolo de las conquistas
sociales conseguidas.
El Segundo Plan Quinquenal
Con el Segundo Plan Quinquenal la estrategia consistía en impulsar el
desarrollo agrario, incrementar la industria de base, en especial la de bienes
de capital y combustible y modificar la ley de Inversiones Extranjeras,
favoreciendo la entrada de capitales del exterior. Estos cambios generaron
debates dentro del peronismo. Los empresarios se mostraron satisfechos, el
movimiento obrero, si bien continuó respaldando a Perón, comenzó a tomar
distancia de algunas decisiones del gobierno.
El gobierno impulsó acuerdos con compañías extranjeras para la
explotación de petróleo en nuestro país, intentó firmar con contrato con una
empresa norteamericana, pero este no fue aprobado por el Congreso, allí se encontró
con la oposición de radicales y de un sector de la bancada peronista.
El Derrocamiento de Perón (1955)
Además de la crisis económica, durante el segundo gobierno de Perón se
agravaron los problemas políticos. Los partidos políticos opositores centraron
sus críticas en las medidas económicas, la Iglesia se fue distanciando y hacia
1954 pasó a integrar el bloque antiperonista, medidas como la sanción del
divorcio vincular, la eliminación de las discriminaciones entre los llamados
hijos legítimos e ilegítimos, un decreto eliminando la educación religiosa en
las escuelas públicas, así como dejar sin efecto los aportes del Estado a la
enseñanza privada religiosa, culminaron en violentos enfrentamientos.
A comienzos de 1955 la actividad conspirativa de los sectores
liberales y nacionalistas católicos dentro de las Fuerzas Armadas se habían
incrementado. Estos grupos contaron con el apoyo de amplios sectores políticos
(radicales, conservadores y socialistas), se produjeron levantamientos contra
el gobierno, a partir de estos hechos se inició la cuenta regresiva para Perón,
el bloque antiperonista se había ampliado y consolidado, solo lo sostenía la
clase obrera.
El 16 de setiembre de 1955un nuevo alzamiento militar encabezado por
Lonardi, Aramburu e Isaac Rojas, que se autodenominó “Revolución Libertadora”,
destituyó a Perón. En las décadas siguientes el peronismo sería proscripto.